Dicen que en cada jardín deben vivir unos duendes que velen porque siempre esté bonito y florido, no se si será cierto así que yo disfruto creando algunos por si acaso.
En otros artículos ya mostré como hacer un carabrocha y una casita de hadas en esta ocasión os enseño a hacer un simpático gusanito para alegrar cualquier rincón.
Este es un trabajo sencillo y en el que se necesitan pocos materiales que además casi siempre son reutilizados de restos que quedan por el taller de todo amante del bricolaje.
Para realizarlo solo se necesita una rama con la forma adecuada, un taco de madera y alguna cosita más que iré diciendo a lo largo del post.
Resultado final |
En primer lugar buscamos un trozo de rama del tamaño que más se ajuste a nuestro deseo y que tenga una forma parecida a la imagen, yo he utilizado restos de poda de un limonero. Una de las puntas la sujetamos sobre un soporte, en este caso un trozo de madera; la otra punta la rebajamos por un lado con una cuchilla o formón para dejar una superficie plana donde poder ponerle ojos y dibujar la cara.
Rama de limonero |
Sobre esta superficie se colocan unos ojos de manualidades, podemos dibujarlos según nuestra destreza, y también le pintamos una sonrisa. Para darle un toque divertido le he puesto una bufanda hecha con una tira de tela anudada. Los ojos es mejor pegarselos después de haber barnizado el duende para que no se vean afectados por el disolvente del barniz.
Detalle de la cara y sombrero |
Para que el trabajo quede perfecto es conveniente darle un par de manos de barniz antes de colocar los ojos - en caso que sean pegados - y la bufanda. Una vez seco montamos todo y ya podemos situarlo en el rincón elegido.
Sencillo, barato, bonito y pueden colaborar los peques de la casa, una forma de embellecer nuestro jardín y de pasar tiempo entretenidos.